Confesiones desde la abstinencia

Confesiones desde la abstinencia

sábado, 8 de agosto de 2015

TRES SEMANAS

No soy muy de contar días, mas que nada por el despiste y porque me supondría apuntar en mi agenda una cosa más, pero creo que esto si es para contarlo. 
Creo que hoy hace ya tres semanas que no fumo. Me parece que empecé un viernes noche, o un sábado, no me acuerdo bien. 
Lo veo tan, tan lejano... Cada vez me acuerdo menos que tengo ceniceros desperdigados por la casa. Ahora los lleno o de clips, o de caramelos, o de cualquier tontería. Antes, iban a la terraza, ahora incluso le estoy empezando a ver la utilidad para otros fines distintos que para tirar colillas. 
Creo que los utilizaré de recordatorio poniéndome alguna notita de animo para días raros. 

En cuanto a cómo me siento, he tenido días mejores, pero también peores. He recuperado la lucidez que creía perdida las primeras semanas. Basaba mis pensamientos, mis emociones, mis propósitos en el tabaco, o en la falta de tabaco. Eso va pasando de largo como pasan los días. Tampoco cuento las veces que me acuerdo al día, ni falta que hace. Sé que a veces si, me acuerdo, como ahora, que me ha dado el impulso de escribir acerca de, pero ya puede ser un pensamiento acerca de algo como tantos y no un monotema. 
Sigo contenta de haber tomado esta decisión. Me estoy empezando a sentir liberada, fuera de una esclavitud que no veía. 

Mis relaciones con el resto del mundo, pues ahí voy. Todo esto de dejar algo, de armarme de valor para dejar algo, me está haciendo plantearme muchas cosas que tal vez tengan que ver con el cigarrillo, tal vez no. En ello estoy también. 

No he abandonado mis dos objetivos, mis dos únicos objetivos marcados hasta septiembre, y en ellos estoy basando todo lo que hago. Simple, quizás loco, pero no hay más; ni quiero que haya más. 

Hoy el día lleva gris desde que amaneció. Así me siento, gris. No es mal color el gris tampoco. Es tranquilidad, pausa, no es malo, en realidad, no es ni bueno ni malo. No todo tiene que ser bueno o malo, blanco o negro, dejemos entrar al gris. No es perder la gracia, ni la fuerza, ni el yo, es ser tal cual te apetece en cada momento, no es más que eso. Hoy quiero ser gris y punto. 

HOY NO, van tres semanas de una larga serie espero. 


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